Tras la primera movilización que la comunidad de Piztu Alarma realizó en las puertas del bar, la empresa se puso en contacto y se ha llegado a un acuerdo que recoge todas las reclamaciones que se hacían.
La trabajadora del Museo que activó la alarma ha conseguido que los derechos que no se cumplían mientras trabajaba se hayan reconocido. El acuerdo recoge la deuda íntegra de las horas trabajadas a precio de convenio, así como los pluses de nocturnidad y festivos. Además, la empresa reconoce la improcedencia del despido y su correspondiente indemnización, así como la cotización de todas las horas trabajadas.
Es la 3ª alarma que se ha activado en el escaso año que Piztu Alarma lleva en marcha, y tenemos que felicitarnos por la 3ª victoria. Luchar merece la pena y el apoyo mutuo nos hace más fuertes ante los abusos de la patronal.
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